4- La captura del buey (la captura)


Lo atrapo tras una implacable lucha.
Su ruda voluntad y su fuerza son inagotables.
Y se lanza hacia la colina distante, tras las lejanas brumas.
O se dirige hacia un barranco impenetrable.

Comentario: Desde hace mucho tiempo pastaba en los campos silvestres, ¡pero hoy lo he atrapado! Encandilado por los paisajes, confunde los caminos. Anhelando sus verdes pastos, vaga desorientado. Su espíritu es todavía obstinado y sin freno. Si quiero someterlo debo alzar mi látigo.

Aunque hayamos descubierto por primera vez al buey de la Mente Única, la Mente Única es por naturaleza activa, es karma, es transformación continua. Es como un buey salvaje, como un animal difícil de capturar.

Olvidamos que la cólera, el deseo y la ignorancia son como nubes flotando en el cielo ilimitado de la Mente Única, perdemos la conciencia de la Mente Única y percibimos exclusivamente las nubes a través de la mente egótica.

¡Qué salvaje es la mente, qué difícil capturarla! ¡Qué difícil es estar más allá de las fluctuaciones ilusorias de la mente!.

La Mente Única toma el aspecto de mente personal seducida por objetos sensoriales del mundo y cae en las redes de la ignorancia, pierde de vista el hecho de que incluso la mente personal, incluso los objetos sensoriales del mundo, incluso el hecho de ser seducidos, no son otra cosa que la actividad incesante de la Mente Única.

Para evitar que la mente se disperse y caiga prisionera de las categorías que ella misma crea, para evitar caer prisionero de la confusión que la misma Mente Única crea (esto es una paradoja: ¿cómo puede la Mente Única sentirse confundida por la confusión que ella misma ha engendrado?), para evitar esto debemos utilizar el lazo, y así atraparemos al buey.

Las dos herramientas fundamentales para la captura y la doma del buey son el lazo y el látigo. El lazo es la concentración. Cuando vislumbramos los cuernos del toro, cuando presentimos la realidad de la Mente Única, debemos seguir concentrándonos en ese presentimiento. ¿De que manera? Estando siempre atentos al hecho de que surja lo que surja, aparezca lo que aparezca, eso no es sino la manifestación de la Mente Única. El látigo representa la observación, representa la fluidez, la movilidad, la impermanencia. El látigo permite que la mente fluya de fenómeno en fenómeno, permite que la mente no se detenga ni se aferre a ningún fenómeno.

Esto es lo que le maestro Dogen Zenji llama sansui (san: montaña; sui: río). Quiere decir: inmóvil como una montaña, fluyente como un río. San, montaña, es la condición de samadhi, de concentración profunda, de silencio interior. Sui, río, es la observación, es vivir en lo fenómenos siempre cambiantes.

En el espejo encontramos este doble aspecto de inmutabilidad y movimiento. Tiene la cualidad de reflejar todo lo que aparece delante de él. Las imágenes se mueven, aparecen y desaparecen, circulan y evolucionan. Es un espejo con gran actividad y movimiento. Pero el espejo en sí mismo no se mueve.

Zazen (meditación) no consiste en dejar de pensar. Consiste en dejar fluir los pensamientos, en no aferrarse a los pensamientos, en no luchar contra ellos. Se trata de no crear una relación emocional de amor-odio con los fenómenos que aparecen.

Comentarios

  1. Muy bueno Gorka.

    En el anterior veíamos la unidad que soporta a la mutiplicidad. En esta "captura del Buey" nos da el método para tomar conciencia de la Mente Única.

    Me encanta la metáfora del espejo. Como la Mente Única, refleja cualquier imagen, pero queda inafectado por ella, del mismo modo que el vuelo de una bandada de pájaros no deja rastro en el cielo.

    Cualquier fenómeno perceptible sucede en Eso que lo contiene todo, pero este movimiento es ilusorio, reflejo que por un instante se manifiesta para volver a su lugar de origen.

    Dejar pasar sin crear una relación de atracción-repulsión con los fenómenos. Esa es la clave.

    Me encanta Gorka. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ya vemos que la captura del buey no es una tarea tan instantánea como ciertas corrientes tan de moda hoy día están propagando. Los viejos y arraigados patrones no se esfuman sin una buena dosis de coraje.
    Me ocurre como a Aviló, la metáfora del espejo ilustra perfectamente la relación de la conciencia y sus aparentes modificaciones (imágenes siempre cambiante en él).
    Gracias compañero, un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Aviló, gracias José Manuel!.

    Como a vosotros la metáfora del espejo o la de la pantalla de cine me encanta porque "refleja" perfectamente lo que sucede en la Conciencia pura. Aparecen y desaparecen imágenes (pensamientos) que no la afectan lo más mínimo...

    Magnífica también, Aviló, la metáfora de la bandada de pájaros que no deja rastro en el cielo...

    Pienso como tú José Manuel los viejos y arraigados patrones mentales -sujetos a la educación de esta sociedad (padres, profesores y demás incluidos) no se van tan rápidamente ni instantáneamente. Puede que alguien tenga la suerte de atisbar al "buey", pero después hay que capturarlo y domarlo con coraje. Sin pensar que ya está todo hecho...

    ResponderEliminar
  4. Buenísimo Gorka!

    La primer parte me hace acordar a los dos requisitos del yoga, discernimiento y desapego, pero aquí son concentración y observación, el lazo y el látigo!

    Dejar fluir los pensamientos es no apegarse a ellos mediante la afectividad, el amor-odio, o la atracción y rechazo de la que hablan otros maestros.

    También el látigo me hizo pensar un poco en la autoindagación, que recomienda Ramana Maharshi, para no caer en las trampas del ego.

    Y lo que más me gustó es el SANSUI, permanecer como una montaña y fluir como el río. Para mí es lo esencial!

    La montaña, el samadhi o el estado de perfección que se llega al no dejarse llevar por las cosas del mundo; y el río, que sería permitir que la vida siga fluyendo sin distraernos, sin vacilar.

    Genial esta entrada GORKA, se está poniendo cada vez mejor!

    ResponderEliminar
  5. Willy,

    Gracias por tus observaciones!!.

    A mi también me gusta SANSUI, porque unifica la inmovilidad del silencio interior, con el movimiento siempre cambiante de los fenómenos...

    Un abrazo cósmico, compañero del Ser!!.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares