Todo tan sutil y armonioso que a veces pasa desapercibido para la mente ruidosa, pero una vez en calma, lo que siempre estaba ahí: el olor a lavanda, el sonido del vuelo del ave ... queda revelado. Un abrazo amigo!
Eso es precisamente el haiku Vic! Que "Ello" (Conciencia universal) se de cuenta de su perfecta manifestación (aún más en la naturaleza pura), sin interferencias de la mente ruidosa...
¡Cuánta amplitud en tu haiku, Gorka! El campo de lavanda, su aroma, y el silencio brevemente cortado por ese aleteo que es parte del conjunto. Desde niño lo tengo muy grabado ese sonido característico de la perdiz y también su silbido.
Todo tan sutil y armonioso que a veces pasa desapercibido para la mente ruidosa, pero una vez en calma, lo que siempre estaba ahí: el olor a lavanda, el sonido del vuelo del ave ... queda revelado.
ResponderEliminarUn abrazo amigo!
Eso es precisamente el haiku Vic!
EliminarQue "Ello" (Conciencia universal) se de cuenta de su perfecta manifestación (aún más en la naturaleza pura), sin interferencias de la mente ruidosa...
Un fuerte abrazo compa!
¡Cuánta amplitud en tu haiku, Gorka!
ResponderEliminarEl campo de lavanda, su aroma, y el silencio brevemente cortado por ese aleteo que es parte del conjunto.
Desde niño lo tengo muy grabado ese sonido característico de la perdiz y también su silbido.
Gracias, amigo.
Un abrazo.
Gracias Juan Carlos.
EliminarYo también tengo muy grabado el sonido del vuelo de la perdiz desde pequeño, cuando iba a cazar con mi padre...
También le vi los "colores" a esa perdiz roja :D
Un abrazo.