Saraha y la hacedora de flechas





La mente es tan astuta que puede esconderse hasta en las vestimentas de su mismo opuesto. Desde la indulgencia se puede tornar en asceticismo, de ser materialista puede hacerse espiritual, de ser mundano puede tornarse en etéreo. Pero la mente es la mente – ya sea que estés pro el mundo o contra el mundo, permaneces enjaulado en la mente. 

Pro o contra, ambos son partes de la mente. Cuando la mente desaparece, la mente desaparece en una conciencia sin elecciones. Cuando dejas de elegir, cuando no estás ni a favor ni en contra – eso es detenerse en el medio. Una elección conduce a la izquierda, un extremo; otra elección conduce a la derecha, al otro extremo. Si no lo eliges, estás exactamente en el medio. Ésto es la relajación,ésto es descanso. Te vuelves sin elecciones, sin obsesiones, y en ese estado de no-obsesión, de conciencia-sin-elección, surje la inteligencia que ha estada dormida en lo profundo de tu ser. Sé tu propia luz.

Saraha, el fundador del Tantra, era hijo de un brahmán muy erudito que vivía en la corte del rey Mahapala. El rey estaba dispuesto a dar a su propia hija a Saraha, pero Saraha quería renunciar a todo; quería hacerse sannyasin.

El rey trató de persuadirle: Saraha era tan guapo y tan inteligente, era un hombre tan hermoso. Pero él insistió y al final tuvieron que darle permiso: Saraha se hizo discípulo de Sri Kirti. Lo primero que le dijo Sri Kirti fue: «Olvídate de todos los vedas, de todos tus conocimientos y de todo ese sin sentido». Le resultó muy difícil pero él estaba dispuesto a todo. Fueron pasando los años y, poco a poco, borró todo lo que había conocido. Se convirtió en un gran meditador. 

Un día, mientras Saraha estaba meditando, de repente tuvo una visión: había una mujer en el mercado que sería su verdadera maestra. Fue al mercado. Vio a aquella mujer, que era joven, muy viva, irradiaba vida; estaba cortando una flecha sin mirar a la izquierda ni a la derecha, totalmente absorta en lo que hacía. Inmediatamente sintió algo extraordinario en su presencia, algo que no había conocido antes. Algo tan fresco, algo de la fuente misma. La flecha estaba preparada. La mujer, con un ojo cerrado y el otro abierto, asumió la postura de ir a disparar la flecha hacia una diana invisible...Y ocurrió algo, algo como una comunión.

Saraha nunca se había sentido así. En ese momento, el significado espiritual de lo que ella hacía caló en él. No miraba a la izquierda ni a la derecha, sólo al medio. Por primera vez entendió lo que quiere decir Buda cuando habla de estar en el medio: evita el eje. Puedes desplazarte de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, pero serás como un péndulo en movimiento. Estar en el medio significa que el péndulo está simplemente allí, no va a la derecha ni a la izquierda. Entonces el reloj se para, entonces el mundo se para. Entonces ya no hay tiempo... se produce el estado de no-tiempo. Sri Kirti le había hablado de él muchas veces; Saraha había leído sobre él, había reflexionado, contemplado; había discutido con otros sobre este estado, que lo que hay que hacer es estar en el medio. Por primera vez lo había visto en acción: la mujer no miraba ni a derecha ni a izquierda... sólo miraba al medio, estaba enfocada en el medio.

El punto medio es donde ocurre la trascendencia. Piénsalo, contémplalo, obsérvalo en la vida.


Comentarios

  1. Qué bellas son estas historias tradicionales Gorka. "Sintió algo de la fuente misma..." Hasta que las enseñanzas no se convierten en experiencia viva todo qued, en el mejor de los casos, en una preparación.

    Gracias compañero certero flechazo, abrazos!!

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  2. Si, compañero, tiene que haber una vivencia propia de las enseñanzas del modo que a cada personaje le está preparado...

    Abrazos y buenas noches!!

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  3. Saludos Gorka!

    Cuando he leido Saraha he sentido como una especie de remolino en mi estómago y una especie de ansiedad que me ha llevado velozmente a leer tu escrito.
    Saraha fue una reencarnación de Jigdrel Yeshe Dorje, Dudjom Rinpoche.
    No conocía la historia y me ha encantado leerla, ahora entiendo más sobre el arco y las flechas y sobre el objetivo invisible y real, pura consciencia de la mente (yoga que suelo practicar)...

    Gracias querido amigo Gorka, me ha gustado mucho.

    Un abrazo

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  4. Me alegro un montón de que te haya servido la bonita historia Zen Xaro La!!

    Un abrazo cósmico, esta vez....

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  5. Gorka, a mí me parece que elegimos porque creemos saber qué es lo mejor para nosotros. Pero, en relación con asuntos espirituales, llega un momento en que caemos en cuenta de que no tenemos certeza alguna, de que no sabemos absolutamente nada, por muchos libros que leamos. Entonces cesa toda elección, ya que no sabemos realmente qué hacer, hacia dónde ir... Cesa, pues, toda búsqueda. Únicamente nos abandonamos en meditación, en silencio y quietud, a “Esto”. Tal como se dice en el texto que presentas “la mente desaparece en una conciencia sin elecciones”.

    Un abrazo.

    Francisco

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  6. Claro Francisco.
    Cuando cesa toda elección, toda búsqueda por parte de la ficticia "entidad personal", se siguen eligiendo caminos, se siguen leyendo libros, pero sin esperar nada, porque uno se da cuenta de que el que elige es Ello (la Conciencia cósmica e impersonal) y se sabe que esta vida manifestada es Lila, un pasatiempos...
    Como dice el maestro Nisargadatta:
    "Sin intenciones conceptuales, todas las acciones serían espontáneas; el actor que representa su papel en este teatro-vida, o que vive su vida-sueño tomando ésta como viene. En el momento en que hay una apercepción de lo-que-es, la vida entera se convierte en lo que siempre ha sido: lila, un pasatiempo".

    Un abrazo cósmico!
    gorka

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  7. y el gorrión sigue volando en torno a la tierra, ¿o es la tierra quién gira a su alrededor..?
    La mente terraquea no puede ver más allá de todos los que giran en su entorno, mientras el gorrión sigue volando tranquiiiiiilo.
    Tu flecha (la del Zen)o la de Osho, se clavó en medio de esta diana inexistente.

    Gracias Gorka (cosmogológicamente hablando, claro está)
    Santosham

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