Ummm qué evocador. Me recuerda a las serenas mañanas de otoño de algún lugar de mi infancia. Los ecos de las cosas parecían resonar amortiguados por la tibieza del sol. Me sorprende el último verso. La piedra gris. Qué rotundo. Como el propio golpe del cincel.
Ummm qué evocador. Me recuerda a las serenas mañanas de otoño de algún lugar de mi infancia. Los ecos de las cosas parecían resonar amortiguados por la tibieza del sol.
ResponderEliminarMe sorprende el último verso. La piedra gris. Qué rotundo. Como el propio golpe del cincel.
Un abrazo
;)
EliminarUn abrazo, tomodachi.
Un buen haiku. se vive muy bién el momento. Hasta se ven las pequeñas esquirlas al saltar.
ResponderEliminarUn abrazo Gorka
Gracias, Joan.
EliminarUn abrazo _/\_